Tuesday 7 March 2017

Metroland o la utopia al Noroeste



“Los trabajos para excavar los nuevos túneles a través de Londres han terminado hoy.
Un rotundo triunfo de ingeniería que ha creado varias millas de túneles por los que circularan trenes transportando millares de personas cada día uniendo áreasperiféricas de la capital con la city.
Los trabajos que han tenido un coste multimillonario se han completado en un tiempo record, altos mandatarios y representantes de las instituciones se han dado cita en este históricodía para un viaje inaugural…”

El articulo continua con una retahíla de cifras abrumadoras en términos de materiales empleados, mano de obra y demás.
Si encontráramos esta noticia en un periódico hoy pensaríamos que se trata del Nuevo “crossrail” la obra más grande de ingeniería en Europa en los últimos 10 años.

Pero el artículo no es de hoy está firmado un 10 de Enero de 1863. Es el eterno retorno de lo mismo del que ya hablaba Nietzsche, en estado puro.

En aquellos días la capital Londinense se encontraba abarrotada de gente, desde que comenzara la revolución industrial en la segunda mitad del SXVIII la ciudad no había parado de crecer, y para 1861 Vivianallí atestadas más de tres millones de personas.
La necesidad dio paso a la más prolífica era de la ingeniería en la historia de la humanidad la cual transformaba el paisaje y hasta revolvía las entrañas de la tierra, era la época de Brunee, bazalgett y de todos aquellos ingenieros genios.

El ferrocarril como lo entendemos hoy; una locomotora movida por algún tipo de energía que tira de vagones, había sido inventada hacía ya cuarenta años, por ingleses precisamente y era la columna vertebral del progreso. Y si bien en sus comienzos se ideo, como un medio de transporte para materias primas, también se revelaría como la solución adecuada para el movimiento de masas de personas.
Las compañías ferroviarias por aquel entonces operaban independientemente y la llamada Metropolitan Railway Cía. lo hacía en el Noroeste de la ciudad. Fue la primera en inventar túneles soterrados para liberar el espacio y descongestionar áreas urbanas. Aquello fue un éxito rotundo, mas y máskilómetros de vías y estaciones fueron añadidos hasta formar un anillo que rodeaba la ciudad. En poco tiempo otras ciudades como Paris copiarían hasta el nombre y asínació el metropolitano, conocido como metro con el tiempo.

De todas las líneas que operaba la metropolitan railway y con permiso de la “inner circle” la cual era la más famosa línea pues corriendo subterránea era casi una atracción, la línea norte era la más rentable.
Aquel trazado no era una novedad pues coincidía casi con Watling Street la famosa calzada romana que conducía al Norte desde Londinium y que había sido una ruta muy transitada desde siempre.

Lo que si constituyo una novedad fue la idea de desarrollar nuevos núcleos urbanos utilizando la ruta del ferrocarril. Ya no se trataba de conectar A con B sino de crear una sucesión de núcleos urbanos A, B, C, D interconectados. El fin del ferrocarril ya no era el destino si no el trayecto.

Ya solo faltaba mover a la gente del centro a la periferia, convencer a un buen número de familias de los beneficios de vivir alejados de la ciudad, y para ello se acuño con mucho éxito el término“METROLAND”.
Le gustaría vivir en una “cotage” en plena campiña inglesa, y solo a unos minutos en tren de la capital?
Sueña con vivir en una casa con escalera de roble, parteluz en las ventanas, y un tejado decorado con aguilones de madera?
El estilo Neo-tudor fue el elegido para hacer realidad los sueños de toda esa gente. Concebido como una mezcla de los estilos Isabelino Tudor y Jacobino, colmaría los deseos de paz y abundancia en una Inglaterra post-industrial.
Para los edificios públicos se eligió un estilo totalmente distinto. Un modernismo tardío mezclado con art deco en su propia variante británica. Diseños geométricos colores planos y vivos y un estilo futurista donde las líneas horizontales predominan.
Si uno traza en un mapa del Sur este de Inglaterra una línea recta desde backer Street en el centro de Londres, hasta las colinas de Chiltern a casi 100 km de distancia en dirección Nor-Oeste. Puede intuir lo que debería haber sido “Metroland” las ciudades de aquel mundo imaginado eran Wembley, Harrow Pinner, la capital Amersham y Aylesbury mas al Norte. No es una coincidencia que discurran jalonando lo que aún es actualmente la “metropolitan line” del metro.

La herencia de aquel sueño hay que buscarla sin embargo con suma atención, no es evidente si se camina hoy por esas zonas, aquellas casas y edificios han quedado hoy engullidos por la ciudad. Y uno debe saber a dónde mirar. Sirvan como algunos ejemplos la estación de Chesham que ya cumplió 125 años en activo, la de Paddington que data de 1854 y fue diseñada por el mismo Brunee o el famoso edificio de Chiltern Court de estilo Neoclásico que fue también utilizado en ese tiempo especialmente para el diseño de estaciones.


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