“Los trabajos para excavar
los nuevos túneles a través de Londres han terminado hoy.
Un rotundo triunfo de ingeniería
que ha creado varias millas de túneles por los que circularan trenes transportando
millares de personas cada día uniendo áreasperiféricas de la capital con la
city.
Los trabajos que han tenido
un coste multimillonario se han completado en un tiempo record, altos
mandatarios y representantes de las instituciones se han dado cita en este históricodía
para un viaje inaugural…”
El articulo continua con una retahíla de cifras
abrumadoras en términos de materiales empleados, mano de obra y demás.
Si encontráramos esta noticia en un periódico hoy pensaríamos
que se trata del Nuevo “crossrail” la obra más grande de ingeniería en Europa
en los últimos 10 años.
Pero el artículo no es de hoy está firmado un 10
de Enero de 1863. Es el eterno retorno de lo mismo del que ya hablaba Nietzsche,
en estado puro.
En aquellos días la capital Londinense se
encontraba abarrotada de gente, desde que comenzara la revolución industrial en
la segunda mitad del SXVIII la ciudad no había parado de crecer, y para 1861 Vivianallí
atestadas más de tres millones de personas.
La necesidad dio paso a la más prolífica era de la
ingeniería en la historia de la humanidad la cual transformaba el paisaje y
hasta revolvía las entrañas de la tierra, era la época de Brunee, bazalgett y
de todos aquellos ingenieros genios.
El ferrocarril como lo entendemos hoy; una
locomotora movida por algún tipo de energía que tira de vagones, había sido
inventada hacía ya cuarenta años, por ingleses precisamente y era la columna
vertebral del progreso. Y si bien en sus comienzos se ideo, como un medio de
transporte para materias primas, también se revelaría como la solución adecuada
para el movimiento de masas de personas.
Las compañías ferroviarias por aquel entonces
operaban independientemente y la llamada Metropolitan Railway Cía. lo hacía en
el Noroeste de la ciudad. Fue la primera en inventar túneles soterrados para liberar
el espacio y descongestionar áreas urbanas. Aquello fue un éxito rotundo, mas y
máskilómetros de vías y estaciones fueron añadidos hasta formar un anillo que
rodeaba la ciudad. En poco tiempo otras ciudades como Paris copiarían hasta el
nombre y asínació el metropolitano, conocido como metro con el tiempo.
De todas las líneas que operaba la metropolitan
railway y con permiso de la “inner circle” la cual era la más famosa línea pues
corriendo subterránea era casi una atracción, la línea norte era la más
rentable.
Aquel trazado no era una novedad pues coincidía
casi con Watling Street la famosa calzada romana que conducía al Norte desde
Londinium y que había sido una ruta muy transitada desde siempre.
Lo que si constituyo una novedad fue la idea de
desarrollar nuevos núcleos urbanos utilizando la ruta del ferrocarril. Ya no se
trataba de conectar A con B sino de crear una sucesión de núcleos urbanos A, B,
C, D interconectados. El fin del ferrocarril ya no era el destino si no el
trayecto.
Ya solo faltaba mover a la gente del centro a la periferia, convencer a un
buen número de familias de los beneficios de vivir alejados de la ciudad, y para
ello se acuño con mucho éxito el término“METROLAND”.
Le gustaría vivir en una “cotage” en plena campiña inglesa, y solo a unos
minutos en tren de la capital?
Sueña con vivir en una casa con escalera de roble, parteluz en las
ventanas, y un tejado decorado con aguilones de madera?
El estilo Neo-tudor fue el elegido para hacer realidad los sueños de toda
esa gente. Concebido como una mezcla de los estilos Isabelino Tudor y Jacobino,
colmaría los deseos de paz y abundancia en una Inglaterra post-industrial.
Para los edificios públicos se eligió un estilo totalmente distinto. Un
modernismo tardío mezclado con art deco en su propia variante británica.
Diseños geométricos colores planos y vivos y un estilo futurista donde las
líneas horizontales predominan.
Si uno traza en un mapa del Sur este de Inglaterra una línea recta desde
backer Street en el centro de Londres, hasta las colinas de Chiltern a casi 100
km de distancia en dirección Nor-Oeste. Puede intuir lo que debería haber sido
“Metroland” las ciudades de aquel mundo imaginado eran Wembley, Harrow Pinner,
la capital Amersham y Aylesbury mas al Norte. No es una coincidencia que
discurran jalonando lo que aún es actualmente la “metropolitan line” del metro.
La herencia de aquel sueño hay que buscarla sin embargo con suma atención,
no es evidente si se camina hoy por esas zonas, aquellas casas y edificios han
quedado hoy engullidos por la ciudad. Y uno debe saber a dónde mirar. Sirvan
como algunos ejemplos la estación de Chesham que ya cumplió 125 años en activo,
la de Paddington que data de 1854 y fue diseñada por el mismo Brunee o el
famoso edificio de Chiltern Court de estilo Neoclásico que fue también
utilizado en ese tiempo especialmente para el diseño de estaciones.
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